Con pompa ecológica, la reina de Dinamarca ha inaugurado el nuevo pabellón de pandas del Zoo de Copenhague, un edificio de 24 millones de euros que ha diseñado Bjarke Ingels. Se trata de una pieza cuya forma, más allá de evocar el ying y el yang, hace posible un recorrido de 360º a lo largo del cual los visitantes pueden observar, de arriba abajo, las costumbres de una pareja de comedores de bambú cedida por el Gobierno chino previo pago anual de un millón de euros. La operación ha sido criticada por parte de la opinión pública danesa, que teme que el pacto con China pueda mermar las críticas a la falta de democracia en aquel país.