Arquitectura e ideales corporativos

James S. Russell 
31/10/2003


Los arquitectos se ven a sí mismos como artistas pragmáticos y aspiran a elevar las necesidades mundanas de la vida laboral a un plano cultural de mayor nivel; frente al cliente corporativo, presentan sus habilidades como un medio para aumentar la eficacia empresarial, pero la arquitectura avanza en manos de aquellos que se guían por una estética personal, cuando no por razones psicológicas, y ante esto el cliente corporativo huye. El mundo de los negocios nunca se ha sentido cómodo haciendo esfuerzos que no respondan a sus propios intereses. Por tanto, la relación entre la arquitectura y los negocios durante el siglo XX ha tenido algo de tempestuoso affaire sentimental. Sólo ocasionalmente el mundo empresarial se ha dejado fascinar por la arquitectura, pero tras un rápido cortejo sus dirigentes concluyen que, como una amante demasiado exigente, la arquitectura acaba por socavar a menudo los fundamentos de la relación...[+]


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