Auditorio, Roma

Richard Ingersoll 
31/08/2002


El 21 de abril de 2001, aniversario de la fundación de Roma, se inauguraron en la ciudad dos de los tres auditorios de un nuevo complejo musical, el Parque de la Música, en un ambiente de fervor unánime. Sus extrañas cubiertas en forma de escarabajo proporcionan un deslumbrante icono a la entrada norte de la ciudad, una imagen tan reconocible como las refulgentes cúpulas que caracterizan su centro histórico. La elegancia con que los jardines colgantes del proyecto se acomodan en su difícil emplazamiento —constreñido en dos lados por el estruendoso tráfico del viaducto del Corso Francia— constituye un agradable amortiguador vegetal para los edificios. La acústica de las salas, acondicionadas mediante una serie de paneles fijos y móviles de madera de cerezo, se ensayó durante dos meses en una serie de conciertos para los que se agotaron las entradas; tanto los músicos como el público la calificaron de «incomparable»...
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