La obra del escultor valenciano Andreu Alfaro (1929-2012), reconocida alrededor del mundo, se caracteriza por llevar a cabo un ejercicio de síntesis escultural de todo el conocimiento que fue ab-sorbiendo con el paso de los años. Una reducción de la forma, un ejercicio de creación de un solo trazo sobre el vacío que muestra la evidente conexión entre dibujo y escultura visible en el conjunto de su obra. Esta belleza escondida en la mínima expresión acaba derivando en un estilo escultórico-arquitectónico tendente al minimalismo que no busca sino mostrar que desde esa sencillez se puede llegar al mismo destino conceptual alcanzado por otros tipos de representaciones de corte más realista.
Por primera vez en el contexto valenciano, tendrá lugar hasta diciembre una muestra de escultura monumental de Alfaro, comisariada por los arquitectos Fran Silvestre y Pablo Camarasa, en la que se reúnen algunas de las obras más significativas de este artista y que ahora entran en conversación con la arquitectura histórica de Xàtiva, en Valencia. Ocupando tres espacios emblemáticos de esta ciudad (un antiguo convento, la plaza donde se alzan la colegiata y el hospital real medieval, y el edificio del almudín), se genera este diálogo que da pie a múltiples lecturas, con tres propuestas que giran en torno a la línea, la cinética y el formalismo. Esculturas de gran formato colonizan estos lugares para establecer un diálogo con la historia.