Las primeras elecciones libres y democráticas celebradas en Suráfrica en 1994 marcaron un momento de gran expectación, también para la arquitectura. De manera parecida al proceso experimentado por España y Portugal en los años setenta, Suráfrica se desplazaba desde un periodo caracterizado por un gobierno totalitario típico de los explotadores regímenes coloniales hacia una nueva sociedad democrática, más libre e ilustrada. En Suráfrica, el espacio físico había sido el medio en el cual el régimen segregacionista había dejado mayores secuelas materiales; por eso el espacio se convirtió en la principal herencia de esa época de gobierno discriminatorio. La necesidad de transformación espacial se hizo imperativa, y el espacio arquitectónico se convirtió en un fiable indicador de dicho cambio... [+]