El estudio fundado en 1988 por Matthias Sauerbruch (Constanza, 1955) y Louisa Hutton (Norwich, 1957) se dio a conocer por una serie de edificios tan atípicos como estimulantes: la sede de GSW y el Photonikzentrum en Berlín, y la fábrica experimental de Magdeburgo. Todos ellos conjugan la sensualidad de colores y materiales y la inspiración en formas orgánicas con la utilización de los instrumentos tecnológicos más avanzados, eso sí, siempre con una finalidad medioambiental: la de construir edificios capaces de funcionar sin tecnología.

Fusión de la vocación empírica de la tradición inglesa y el rigor tecnológico alemán, junto a influencias como la de OMA —donde Sauerbruch trabajó en sus inicios—, las obras y proyectos desarrollados desde 1989, que el libro recoge junto a una selección de textos sobre preocupaciones que van del diseño urbano a la sostenibilidad, muestran la evolución de un estudio en el cual trabajan actualmente cerca de cien personas, y que ha construido en Dessau uno de los últimos referentes de la arquitectura ecológica: la nueva Agencia Federal del Medio Ambiente.