Si no hubiera sido por Disney, los seis arquitectos del año del cine habrían tenido serias dificultades para encontrar pareja. Pero en esos años de los maestros nacieron en la pantalla Mickey, Donald y Blancanieves, coincidiendo con las grandes obras canónicas del Movimiento Moderno. Al señor Ludwig Mies van der Rohe le tocó salir con el ratón, y no hacen mala pareja. Creo que en las historietas de Mickey el señor Mies hubiera sido un Pete Patapalo, dado su carácter tormentoso y egoísta. Después de todo, ¿no puede traducirse Mies por algo como Calamidad? El escenario elegido es el pabellón alemán en la Feria de Barcelona de 1929, la quintaesencia del Mies de la Bauhaus. En esa época, el ratón tiene ya tiene su forma definitiva con las orejas redondas y se ha convertido en el favorito de Disney, tanto, que el propio Walt le ha prestado su propia voz en las bandas sonoras. Mickey era entonces tan noble, tan conservador y tan moral que tal vez le hubiera gustado conocer a un rey castizo. Mies, Mickey y Mr. King. Siempre me han chocado las fotos del día de la inauguración del pabellón...Mies con chistera tiene aspecto de gángster y al rey Alfonso le sienta fatal el decorado de la modernidad, aunque bien mirado, él mismo tuviera algo de las cabezas lánguidas de Lipchitz.

Una vez decidido a utilizar esas fotos del gran día y a meter a Mickey en ellas, ¿cómo retratar el Pabellón de Barcelona? Ésta es otra de las viñetas en las que se renuncia a utilizar el cliché más conocido del edificio con el Palacio Nacional al fondo —una vista general como se hizo con el de Melnikov o el de Sert— y se dibuja sólo un rincón interior del pabellón. De hecho, se reconoce el edificio por la figura de Kolbe, esa Aurora que se contorsiona en el estanque, más que por el entorno arquitectónico, que por otra parte, como quería el arquitecto alemán, es casi nada. Y es difícil reconocer a Mies van der Rohe con la chistera que se puso para el acto inaugural. En fin, compuse la escena en un lugar que me gusta: la terracita tapiada junto al estanque de la estatua de Kolbe. Allí se aparece el ratón Mickey, el héroe de Disney, para bromear un poco y el Rey le sigue la corriente, imitando el gesto déco de Kolbe, para escándalo de Mies.