La localidad suiza de Arosa, tradicional centro turístico en el cantón de los Grisones, ofrece una extraordinaria configuración geográfica: una cuenca natural a más de 1.800 metros sobre el nivel del mar, rodeada de montañas.

Junto al preexistente Hotel Tschuggen se alza el conjunto denominado Bergoase (oasis en la montaña), un centro balneario con una amplia oferta de tratamientos de salud y belleza. El objetivo de impactar mínimamente se logra mediante el escalonamiento del volumen construido, que sigue la pendiente del terreno, sólo interrumpida por varios lucernarios de gran altura —hasta 13 metros—, cuya forma apuntada evoca las coníferas que crecen en las laderas. Estos árboles artificiales, metáfora de la naturaleza circundante, marcan con su presencia geométrica el lugar y subrayan el carácter recreativo y colectivo del conjunto, a la vez que cumplen la función de permitir la entrada de iluminación natural en grandes cantidades hacia el interior. El escalonamiento de los espacios se percibe también desde el interior, asomado al espectacular paisaje desde los lucernarios. Por la noche, éstos señalan la continuidad de la actividad en el interior del complejo; al iluminarse artificalmente, sobre todo en invierno, se crea una atmósfera mágica. Este contexto singular sugiere así una solución de impacto visual positivo y, sobre todo, de gran respeto hacia los alrededores.

Siguiendo los deseos de la propiedad, se estableció un orden modular para permitir el máximo de flexibilidad en la organización de las diferentes funciones. El interior se organiza en cuatro niveles: la planta baja alberga los espacios dedicados al fitness, parte de las instalaciones y los vestuarios para los usuarios no alojados en el hotel, que acceden al conjunto desde este nivel. En la planta primera se encuentran las áreas de tratamientos de salud y balleza: confortables cabinas individuales para masajes, solárium, peluquería y tienda; en la fachada sur se sitúan dos spa-suites privadas, de 70 y 100 metros cuadrados. La segunda planta, conectada con el hotel mediante una pasarela de vidrio, alberga el centro de wellness, la recepción, los vestuarios de los clientes del hotel y el área de saunas, con una zona de descanso; también se encuentran en ella los espacios para el personal. La tercera planta aloja el ‘mundo del agua’, con una piscina para nadar y relajarse, cuyo borde lindante con el terreno presenta una pared ondulada en rugosa piedra natural, y la zona de relax.

Los espacios exteriores (sauna, solárium, piscina) son accesibles directamente desde las piscinas y se disponen aterrazados, creando un atractivo paisaje excavado en el terreno. Para resolver el problema del aparcamiento, entre el hotel y el spa se levanta un muro que lo integra discretamente en la planta... [+]