Enmarcado en uno de los nuevos planes metropolitanos desarrollados en la ciudad de Barcelona, el edificio agrupa 56 viviendas, varios locales comerciales y un aparcamiento en la plaza Lesseps —ubicada en el barrio de Gràcia—, donde se ha realizado recientemente una importante remodelación que ha incluido la apertura de una nueva calle. Con un marcado carácter orgánico, el edificio se ha diseñado a partir de un volumen único que se descompone en dos piezas, entre las que se sitúa un estrecho patio. Con esta decisión ha sido posible optimizar la crujía y diseñar viviendas con luces de ocho metros que garantizan la ventilación y la iluminación natural de todas las estancias.

El diseño de este alargado espacio, así como la creación de un pliegue en el chaflán que recoge el doble testero del edificio potencian la fractura del volumen, aumentando la idea de ligereza y enfatizando la verticalidad del conjunto. Además, su existencia permite dotar a los locales comerciales de la planta baja de una puerta trasera desde el patio, que complementa a la ubicada en la fachada principal. El aparcamiento se distribuye en tres plantas bajo rasante, con un único acceso por la calle Riera de Vallcarca, a través de una rampa situada junto a la medianera, donde se sitúa la cota más baja de todo el solar. La entrada de los usuarios a las viviendas se ha centralizado en cuatro portales; dos en la fachada norte y otros dos en la sur.

El cerramiento se resuelve con persianas metálicas fijas alternadas con correderas que protegen amplias terrazas —diseñadas para establecer relaciones sutiles entre los espacios interiores y el exterior— y al mismo tiempo, gradúan la intensidad de la luz natural. Las celosías se han construido con montantes verticales de acero inoxidable y travesaños de sección tubular lacados en color gris perla, quedando enmarcadas por finos pasamanos de acero que forman una retícula. Los elementos verticales pautan una secuencia rítmica en la fachada, mientras que los horizontales ocultan los espesores de los cantos de los forjados.

La envolvente exterior protege a su vez un segundo plano de carpintería metálica que envuelve el volumen a lo largo de todo su perímetro, generando pequeños espacios intersticiales entre ambas pieles que actúan como lugares de transición entre la ciudad y los espacios interiores de las viviendas. El edificio, situado junto a la premiada biblioteca Jaime Fuster y fuertemente marcado por la influencia de la arquitectura doméstica del catalán José Antonio Coderch, se ha convertido en un nuevo icono de la concurrida plaza.