El estudio madrileño de Ainhoa Martín y Francisco Peláez ha sido el encargado de realizar la reforma integral de esta vivienda-estudio, situada en un bloque construido en 1917 del barrio madrileño de Palos de Moguer. La firma Martín Peláez explica que el nombre del proyecto responde a la idea de crear un hábitat de espíritu ‘neo-neoplasticista’, jugando con un lenguaje sencillo de línea, color, reflejo, luz y abstracción.

Con 50 metros cuadrados útiles, un contenedor neutro presenta volúmenes grises —destinados a almacenaje, los aparatos de cocina y baño— que se descomponen parciamente, en planos de color estratégicamente situados. Amplias superficies de espejo móviles dividen la primera crujía. Geométricamente, el proyecto sigue un orden cartesiano con los mínimos trazos paralelos y perpendiculares entre sí, apareciendo como único elemento disruptivo la isla funcional de la cocina, girada 45º respecto a la geometría natural de la casa. Dicho elemento aumenta el perímetro útil.