Bajo el nombre de ‘Aulas del futuro’, el Departamento de Educación del gobierno británico estableció en 2000 un programa para evaluar y poner al día el entorno educativo, en respuesta a la creciente sofisticación de los métodos de enseñanza y a la cada vez más profusa utilización de nuevas tecnologías de comunicación. Como resultado de este programa, el Condado de Bedfordshire recibió una subvención para la construcción de tres aularios: Maple Tree, Burgoyne y Sandy, destinados respectivamente a los niveles inicial, medio y superior de la enseñanza escolar inglesa.

Las tres aulas se han construido como adaptaciones concretas de un mismo proyecto a las circunstancias particulares de cada solar y a las pequeñas variaciones del programa. Este edificio genérico se añade siempre a una antigua escuela a la que complementa, sirviendo de umbral hacia un espacio natural o hacia un campo de juegos y aprovechando las oportunidades que le brinda cada situación concreta. Así, la escuela Maple Tree actúa como entrada a las instalaciones del parvulario; la escuela Burgoyne, por su parte, se constituye como icono identificador de la antigua escuela, ocupando un lugar destacado en la entrada; finalmente, el volumen de la escuela Sandy sirve para crear, en la parte trasera del edificio existente, el cuarto lado de un patio que ya estaba esbozado por dos de los volúmenes pertenecientes a la escuela.

Estas tres aulas del futuro se conciben como pabellones de cubierta vegetal que se disuelven en el paisaje circundante. La planitud y la horizontalidad de los edificios contrasta con la imagen diagonal y sobredimensionada de los lucernarios que asoman sobre la cubierta. Dichos volúmenes permiten al mismo tiempo la entrada de luz del norte por su cara horizontal de vidrio y la disposición óptima a 45 grados de los paneles fotovoltaicos en su cara inclinada hacia el sur. El proyecto docente se beneficia de la planta de líneas quebradas, que produce una gran variedad de ámbitos y que dota al principal de una cualidad multidireccional. La flexibilidad del espacio dedicado a la enseñanza se consigue con el uso de paneles deslizantes y cortinas que discurren por raíles, y mediante la disposición vista de las instalaciones a través del techo.

Dada la condición prototípica de las tres escuelas y sus semejanzas, es fundamental el uso de un color característico para cada una, que se aplica como distintivo en los marcos de las ventanas y en los paneles de contrachapado de madera de abeto que recubren las zonas en las que la cubierta vuela para configurar espacios de juego y porches... [+]