Inspirado en la tradición mediterránea de la vida en la calle, el proyecto para la icónica torre, de 17 plantas y una superficie de 10.000 m², se ubica junto al río Lez y es resultado de la colaboración de la oficina japonesa con dos jóvenes estudios franceses. 

Localizada en un punto privilegiado, la torre busca convertirse en un nuevo hito. El límite entre el interior y el exterior de la vivienda se difumina en un espacio versátil donde cada residente selecciona la configuración interior y la altura de su elección.

Al igual que los árboles, la torre absorbe los recursos locales que la rodean con la intención de reducir drásticamente su gasto energético; se emplean estrategias pasivas de confort y chimeneas solares para el enfriamiento del interior.