La Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA) es una asociación que representa a los empresarios de la región, y que cuenta con unos 15.000 asociados. En 2006 se planteó aglutinar toda su infraestructura dispersa por la ciudad en un mismo edificio. Tras el fallo del concurso, sin embargo, el presupuesto se vio reducido drásticamente, lo que supuso la creación de una solución diferente a la inicial, con la pretensión de que se convirtiese en un «hito comedido».

Para ello se formuló un replanteamiento del concepto de hito arquitectónico, explotando las posibilidades de trabajar con la percepción de los edificios, aunque su escala y geometría no sean ni destacables ni complejas. Así, este proyecto se ha concebido como una arquitectura de límites difusos, para lo cual se ha utilizado un revestimiento del volumen mediante una piel capaz de difuminarlo y de hacerlo cambiar en función de las condiciones ambientales. La sencillez y contundencia de la volumetría se equilibra con el efecto borroso que le aporta la piel plástica exterior. Para conseguir este efecto era imprescindible que la subestructura que soporta la piel exterior fuese invisible. La investigación desarrollada buscaba la solución técnica óptima que garantizara un aspecto volátil y delicado, que finalmente se consiguió utilizando polimetilmetacrilato (PMMA), un plástico de altas prestaciones cuyas características principales son su alta durabilidad, su bajo mantenimiento, su reducido peso y su índice de dilatación, que lo hacían el material óptimo para conseguir un sistema de fijación muy liviano.

Tras definir junto con los trabajadores y usuarios del edificio un mapa de necesidades, se realizó una distribución de las necesidades. Ello permitió pasar de un sistema de despachos independientes a un sistema de espacios más abierto donde se hace patente la horizontalidad de la jerarquía organizativa. El espacio de entrada se extiende por toda la planta hasta la fachada trasera, que da paso a la zona de la cafetería exterior. Este amplio espacio es la primera parte del hueco que articula interiormente todo el volumen y que tiene relación directa en todo momento con el exterior, ya sea a través de los amplios ventanales o del lucernario que lo corona. Desde aquí se accede a todas las plantas, y en él se desarrolla el programa más público del edificio, como los espacios de información, exposición, espera y encuentro. Por su parte, los espacios de trabajo abiertos tienen un tratamiento neutro que ofrece a los usuarios la posibilidad de colonizarlos con sus pertenencias para hacerlos suyos.