Al este de Pekín, junto a la sexta circunvalación de la ciudad, Songzhuang es la comunidad de artistas más importante de China, y en los últimos años, con el boom del mercado del arte de aquel país, está experimentando un fuerte crecimiento de población. Con veinte unidades residenciales, situado junto a un estanque en el solar que antes ocupaba un almacén al aire libre, el complejo viene a responder a la creciente demanda de espacios para que los artistas vivan y trabajen.

Ese doble programa de taller y vivienda define para cada unidad dos volúmenes, de seis y tres metros de altura respectivamente, con geometrías diferentes: un simple prisma rectangular para el taller y un cuerpo complejo —con dormitorio, cocina y baño —para la vivienda, ambos conectados entre sí en el mismo nivel o en niveles distintos a través de una escalera. Las veinte unidades se ven como contenedores apilados en el antiguo almacén industrial, una imagen que remite al pasado uso del solar. Esta configuración crea una serie de espacios intersticiales, como lienzos en blanco, que los artistas pueden utilizar con sus actividades. El diálogo entre llenos y vacíos, luces y sombras, es un catalizador que permite a artistas y visitantes explorar y experimentar el espacio exterior común.