El calor extremo no solo está poniendo en riesgo el hábitat de infinidad de especies, también está alterando la manera en que usamos nuestras ciudades, un problema que afecta principalmente a las comunidades con menos recursos. Con ánimo de contribuir a la solución, un dispositivo desarrollado por la Universidad de Harvard quiere erigirse al mismo tiempo en hito cívico donde la gente pueda congregarse confortablemente y en fautor de la biodiversidad del lugar en que se implante. Concebido como un kit de fácil montaje, un entramado de andamio sostiene un jardín vertical de flora atractiva para los polinizadores, que ayuda a refrescar el espacio en conjunción con una marquesina de cojines inflables, unos retroiluminados y otros capaces de espirar aire cuando unos sensores detectan elevadas temperaturas.

El País: Dos españoles crean en Harvard un refugio climático barato y casi instantáneo para refrescar plazas duras sin árboles