El proyecto parte de la exploración de los pueblos y las ciudades de Arabia Saudí, jugando con la escala, la luz y la textura para dar a conocer la cultura del país. La composición evoca las formas orgánicas de las aldeas tradicionales saudíes. Los visitantes acceden a la construcción desde una explanada con vegetación. Los caminos estrechos y serpenteantes conducen al patio principal. El Pabellón con un revestimiento pétreo ligero está diseñado para ser desmontado y volver a reconfigurarse en una nueva ubicación al finalizar la Expo de Osaka, ampliando su vida útil. El diseño tiene como objetivo alcanzar el nivel más alto del sistema japonés de calificación de edificios sostenibles.