En medio de un terreno agrícola de Curuguaty, ciudad del departamento paraguayo de Canindeyú situada a 350 kilómetros de Asunción, la capital del país, se levanta esta construcción proyectada por la firma local Mínimo Común Arquitectura. Con una superficie de 200 metros cuadrados, las oficinas se elevan sobre una plataforma a 1,5 metros del suelo. El pabellón está construido con bloques de tierra prensados in situ, rodeados por una celosía de color blanco realizada también con tierra.

En un clima donde es habitual alcanzar los 45 grados centígrados, la amplia cubierta funciona como una estructura curvada, con perfiles IPN en las puntas que trabajan a compresión y cabos a tracción. Las aguas pluviales se recogen para su posterior reutilización, tras su bombeo hasta el punto más alto de las chapas para luego distribuirlas y así enfriar todo el techo.