Este museo de un kilómetro de largo emerge sobre un lago artificial con aberturas que dejan entrar el agua, inundando su suelo. En Rizhao, ciudad perteneciente a la provincia china de Shandong, la construcción lineal de 20.000 metros cuadrados plantea un juego donde varían la anchura y la altura. El objetivo del proyecto es acercar lo más posible la obra arquitectónica al entorno natural, fundiendo ambiguamente los límites entre interior y exterior.

Las columnas repetidas a intervalos regulares definen la nueva superficie lacustre, elevándose desde el fondo para sostener una delgada cubierta de hormigón suavemente ondulada. Frente al museo se encuentra un centro de visitantes, oculto bajo una amplia cubierta vegetal, también proyectado por Junya Ishigami + associates.