El deseo del cliente —un reconocido empresario de Foshan— de contribuir a la escena cultural de su ciudad natal impulsó la construcción de este museo concebido para albergar su colección personal, que abarca desde el arte tradicional oriental hasta el moderno.

Desde el inicio, el proyecto fue bautizado como ‘Museo de Arte He’ en alusión a los caracteres chinos de paz y armonía. Particularmente en la cultura Nanyue, propia de la región de Lingnan, el círculo se ha empleado en la arquitectura y en el arte como símbolo de la armonía. Con esos antecedentes como punto de partida, se optó por una geometría circular para configurar el volumen principal: un cuerpo cilíndrico formado por el apilamiento de anillos atravesados por un atrio de cinco alturas. Este vacío de cinco alturas se erige el centro estructural y conceptual de la composición, uniendo visual y funcionalmente los distintos niveles a través de una escalera de doble hélice que permite patrones de circulación alternativos. Además, para dotar al complejo de espacios flexibles para albergar la colección de arte moderno y acoger posibles exposiciones temporales, se agregó un prisma rectangular de techos altos que contrasta con la geometría curva del cuerpo principal.