Las nuevas oficinas de la distribuidora de música Altafonte en Madrid, diseñadas por los estudios locales Langarita-Navarro y Gonzalo del Val, proponen renovar un espacio obsoleto para atender las necesidades de una compañía en plena expansión internacional. El edificio industrial donde se alojan las oficinas cuenta con una estructura versátil que permite plantear nuevas tipologías. El primer paso fue limpiar las fragmentaciones resultantes tras años de funcionamiento. Las grandes luces del edificio, su imponente altura libre y la calidad de la iluminación natural permitieron diseñar un espacio interior tratado como si fuese un exterior. El proyecto está concebido como un conjunto urbano. Una zona diáfana central reúne los puestos de trabajo. En torno a ella se organizan los espacios compartimentados (cantina, almacenes, salas de reuniones y despachos), ideados como edificaciones heterogéneas y adosadas. Esta decisión permite una ocupación en planta que articula la distribución del espacio y reformula el imaginario de la oficina.
Langarita-Navarro Gonzalo del Val Luis Díaz Díaz