La tradicional tipología del siheyuan —un patio rodeado en sus cuatro costados por construcciones— solía estar ocupada por varias generaciones de una misma familia. En sintonía con esta manera de cohabitar, el proyecto debía alojar bajo una misma cubierta a tres hermanos y sustituir en el mismo lugar a la pequeña vivienda que compartían. A esta particularidad se sumaba su deseo de contar con un jardín en memoria de su madre y de que la nueva construcción evocase el tejado a dos aguas de la casa de su infancia. Para aunar este vínculo emocional con un esquema eficaz, todas las zonas comunes se organizan en el nivel inferior, con un deambulatorio en forma de anillo en torno al espacio abierto interior, y buscan la transparencia visual a través de las grandes puertas de cristal. Por el contrario las habitaciones se ubican en el piso superior, bajo los pronunciados hastiales del tejado y abiertos hacia la vegetación del perímetro. Los dos ámbitos claramente diferenciados en sección solo se conectan visualmente en tres dobles alturas, que permiten asomarse al ámbito público desde el privado. El exterior se define por su basamento liso de hormigón, el entablillado de la cubierta, que adopta la textura de las construcciones malayas, y por el tallado de los balcones, lucernarios y vacíos.