En la periferia de Shanghai, en el suburbio de Jiading, se encuentra esta escuela infantil. Está dividida en dos bloques longitudinales y zigzagueantes separados por un estrecho espacio que sirve como acceso y también como lugar en el que iniciar a los pequeños a las labores del huerto. El bloque más estrecho contiene algunos espacios administrativos y de apoyo de la escuela, pero sobre todo canaliza la circulación vertical mediante un juego de rampas que crean un espacio singular iluminado cenitalmente. A lo largo de este recorrido ascendente se da acceso a pasarelas que, volando a distintos niveles sobre el espacio intersticial que separa ambos volúmenes, conectan con las quince aulas. Éstas y sus servicios adjuntos ocupan el volumen más ancho, haciendo uso del mismo mecanismo quebrado de la planta en la sección, de modo que las aulas se disponen escalonadamente.

La fachada sur, la de las aulas, está horadada por numerosos huecos cuadrados de variados tamaños. Sin embargo, su percepción se ve tamizada por una piel de paneles de chapa ondulada de aluminio perforado que unifica el aspecto exterior. Así, sólo de noche y con el edificio iluminado se perciben los cuadrados multicolores de las ventanas, como un collage brillante y juguetón.