La fábrica de té se localiza en una zona montañosa con fuertes pendientes y rodeada de paisajes tropicales. Por ello, se adopta la estrategia de incrustar todo el programa en la montaña y cubrirlo con una ladera artificial de techos verdes escalonados.

Si la vista desde el exterior es un edificio fragmentado que busca ocultarse, el interior contrasta con la escala monumental del espacio central, acentuada por el rigor rítmico que marca las entradas de luz y la imponente presencia de la estructura de hormigón...[+]