Situado en el distrito de Fulham al suroeste de Londres, Stamford Bridge es el estadio del Chelsea Football Club y su origen se remonta a 1877. Las múltiples renovaciones de las que ha sido objeto desde entonces han conllevado la introducción de varios añadidos. El proyecto para modernizar el estadio busca, además de incrementar su aforo de 42.000 a 60.000 espectadores, unificar su volumen y su imagen y mejorar la relación con sus alrededores.

El volumen toma una forma poligonal y facetada que maximiza la huella del edificio y que responde, tanto en planta como en sección, a las restricciones de la normativa de soleamiento de Londres (‘right of light’) calculada respecto a la construcción adyacente. El volumen resultante es un anillo facetado formado por 132 cerchas metálicas que salvan una luz de 50 metros sobre las gradas. La cubierta es eficiente tanto estructural como visualmente, ya que protege todas las gradas y su posición rebajada consigue contener la atmósfera y la excitación del juego. La forma poligonal se articula con 264 pilares de ladrillo (132 pilares principales y 132 intermedios) que continúan cada una de las cerchas. La repetición de pilares funciona como estructura y consigue reducir la escala general del edificio. En algunos puntos, la base de los pilares se estrecha para reducir su masa y liberar sitio para la entrada de personas. La meticulosa configuración de la envolvente y de su escala, junto al uso de ladrillo local típico de Londres, ayuda a integrar el estadio en el distrito y en el ambiente general de la ciudad.

La implantación del proyecto consigue mejorar la calidad urbana del espacio a su alrededor mediante la creación de zonas públicas y la activación del perímetro. La vía férrea que circula paralela a la fachada noreste se cubre para dar lugar a 23.000 metros cuadrados de plaza pública que mejorarán la conexión del estadio con las estaciones de Stamford Bridge y Fulham Broadway. La cobertura de las vías se realiza con arcos, creando un interesante espacio bajo la plaza que albergará tiendas, restaurantes y un museo del Chelsea. El acceso general se produce por cuatro vestíbulos distribuidos en puntos estratégicos alrededor del perímetro para favorecer la circulación eficiente de los espectadores. Los visitantes acceden desde las calles colindantes hasta los vestíbulos arqueados a través de los huecos entre los pilares de ladrillo. La zona de programa se sitúa alrededor del campo, actuando como una interfaz que media entre el ambiente del partido y las plazas del exterior. Este programa complementario de 60.000 metros cuadrados enriquece la actividad del estadio con salones, tiendas y servicios VIP.