La introducción del tranvía y el transporte público ha despertado muchas incógnitas en Houston, una ciudad grande y dispersa, con cambios climáticos repentinos. Sin embargo, conectar las zonas transitadas de la ciudad o los centros culturales es imprescindible para solucionar los crecientes problemas de tráfico y aparcamiento del centro urbano, que está habitualmente congestionado. Por ello se convoca un concurso para el proyecto de la estación central, que gana Snøhetta con un diseño que aprovecha los problemas climáticos convierténdolos en oportunidades: la cubierta no sólo protege de las tormentosas lluvias, sino que además recoge el agua fluvial a través de los pilares que sustentan todo el sistema. Éstos, con forma de estalactitas hacia el exterior, son grandes embudos de hormigón prefabricado a través de los cuales se puede ver cómo el agua de lluvia es recogido de la cubierta y transportado a la rejilla de la plataforma. La marquesina se convierte en una instalación, tanto para los pasajeros que esperan el tranvía, como para los habitantes de los edificios colindantes, que pueden ver el movimiento del agua en la cubierta desde sus ventanas. Toda la intervención se acompaña de un detallado estudio lumínico para no perder el carácter escenográfico de la estación.