En un entorno arcádico como el del pequeño pueblo de Terento, diseminado en un valle alpino del Tirol del Sur, pareciera que el guión dicta que las obras de arquitectura han de respetar su contexto tradicional y optar por soluciones vernáculas y silenciosas. En este caso, la nueva guardería elige un camino distinto, siguiendo la sentencia de Gustav Mahler, para quien la tradición consistía en ‘atizar el fuego, no en rezar sobre las cenizas’. Siguiendo la recomendación del compositor decimonónico, el edificio atiende al entorno utilizando soluciones tradicionales pero transformadas por el tamiz de una perspectiva contemporánea. Así, el nuevo edificio se fragmenta en tres volúmenes de morfología tradicional separados por dos espacios iluminados cenitalmente. Las fachadas de cada una de las piezas se han desalineado ligeramente para reforzar su personalidad propia.
Localizada en una zona de edificios públicos, junto a una escuela primaria y unas oficinas municipales, la nueva guardería ha de afrontar la topografía abrupta del Valle Pusteria, algo que hace mediante la construcción de parte del programa bajo rasante, consiguiendo reducir el impacto que habría supuesto un volumen mayor en su entorno, además de crear un espacio de recreo en su cubierta. De esta manera, las tres aulas o ‘casas’ se dividen entre el nivel de acceso, donde se sitúan dos de ellas, y este nivel enterrado, donde se encuentra la tercera y mayor, abriéndose todas hacia el sur a través de amplios ventanales para aprovechar la mayor incidencia solar. Las aulas situadas en el nivel de acceso se benefician de la posibilidad de crear galerías superiores, a las que se accede mediante unas escaleras desde las propias aulas. La intención de estas galerías es estimular la percepción de los niños y su comprensión de estructuras espaciales complejas.
Gracias al encofrado de madera utilizado para construir los muros de dos hojas de hormigón de tono claro, éstos tienen una textura sutil que combina tanto en el exterior como en el interior con madera de alerce, consiguiendo dotar al conjunto de una gran calidez. Los panelados de esta madera recubren amplias superficies interiores, creando en la zona de acceso a las aulas de planta baja unos bancos corridos a modo de nichos incrustados en los muros para los niños y para que éstos guarden sus pertenencias. Por otro lado, los techos transparentes en los espacios intersticiales y las múltiples aberturas en el cerramiento consiguen que el espacio exterior esté siempre presente, sea por la abundante iluminación natural o por las múltiples perspectivas que introducen vistas del entorno alpino.
Cliente Client
Municipality of Terento
Arquitectos Architects
feld72 architekten, Anne Catherine Fleith, Michael Obrist, Mario Paintner, Richard Scheich, Peter Zoderer
Colaboradores Collaborators
Gerhard Mair, Gerhard Oberhofer
Consultores Consultants
Obrist & Partner Kaltern (estructura structure); Energytech (instalaciones mechanical services)
Fotos Photos
Hertha Hurnaus