Destinado a albergar un auditorio, un teatro, salas de conferencias, un aulario y una cafetería, este edificio universitario se adapta a la geometría irregular de la parcela mediante su perfil escalonado que se va afilando según se estrecha la planta para producir una esquina afilada y expresionista. La sensación de dinamismo se acentúa con la curvatura de la fachada en la zona de acceso y con el ligero y progresivo desplazamiento de cada una de las plantas, cuyo vuelo va aumentado conforme se acerca a la esquina. Reforzado por las líneas de imposta y por las sombras producidas por los voladizos, el énfasis horizontal se equilibra con la trama modular del resto de la fachada, definida por el marcado ritmo vertical que siguen las ventanas y los despieces.

Para lograr con mayor sencillez los efectos de plegado y curvatura, se optó por el uso de paneles de cobre en tonos marrones. Con un espesor de 0,7 milímetros estos paneles se colocaron mediante juntas engatilladas, y se recibieron sobre paneles de contrachapado de 18 milímetros de espesor, que les dotan de rigidez. La fachada se completó con una subestructura convencional de perfiles de aluminio fijados a placas con regulación tridimensional para facilitar el correcto aplomado de la envolvente y poder asumir las irregularidades de la hoja interior portante. Para rematar los cantos laterales vistos de los paneles, los jambeados de las ventanas y las superficies inferior de los voladizos se utilizaron piezas especiales del mismo material del resto de la fachada.