Ubicado en las afueras de la ciudad, a orillas del río Lerma, este proyecto revitaliza un espacio recreativo natural en Salvatierra, en el estado mexicano de Guanajuato, y pone en valor el histórico puente de Batanes, construido en el siglo XVII. Este puente, que marca la entrada al valle de Huatzindeo, se encuentra en una zona donde el crecimiento urbano ha reemplazado las tierras agrícolas. Con el objetivo de transformar el área en un espacio público, el Gobierno municipal decidió conservar los elementos patrimoniales y respetar el paisaje circundante.

El acceso se convierte en un umbral que surge de la consolidación de los restos de la antigua casa, mientras que una nueva estructura de hormigón, que respeta el vestigio existente, alberga la taquilla y una rampa mirador que conecta con el parque a través de los muros pétreos de contención.

El Ecoparque se organiza en tres grandes plataformas que descienden hacia el puente, creando un espacio para actividades al aire libre de gran escala. Los senderos, que serpentean por el terreno, conducen a pabellones ligeros de madera para ofrecer servicios y actividades recreativas, utilizando materiales locales como la madera y la piedra volcánica. Las estructuras ligeras de madera utilizan un sistema de vigas y columnas en forma de doble T.

Se emplearon materiales tradicionales de la región, como la madera y la piedra, para mantener un lenguaje arquitectónico que dialoga con las construcciones preexistentes. En el diseño paisajístico, se integraron diversas especies de árboles y pastos silvestres, así como la recuperación de huertos, lo que contribuye a la conservación del entorno natural.