La firma de Santiago liderada por Juan Pablo Duarte Macaya y Hernán Fournies Aracena recibió el encargo de levantar esta vivienda en Frutillar, en la cuenca del lago Llanquihue, al sur de Chile. En la región caracterizada por las temperaturas bajas, precipitaciones abundantes y vegetación exuberante, la construcción en madera emerge evocando los galpones que definen la identidad local. La casa está emplazada en un claro del bosque para maximizar el acceso de luz natural y minimizar su impacto en el paisaje. Con un área construida de 230 metros cuadrados, la vivienda aprovecha la altura máxima en las zonas comunes, mientras que las de las habitaciones alcanzan los 2.4 metros, respondiendo a los formatos estándares de los elementos de madera que se comercializan el país. Además, las estancias comunes y los dormitorios principales están orientados hacia el norte para optimizar las vistas y el asolamiento; mientras las zonas húmedas están agrupadas hacia el sur. Esta organización se traslada a las fachadas con materiales traslúcidos al norte, mientras que el frente sur, opaco, se cierra incorporando soluciones para los recintos húmedos.