En la Riviera Maya, dentro del área de Aldea Zamá de la ciudad mexicana de Tulum, se sitúan las 38 viviendas que conforman este complejo residencial, obra del estudio Sordo Madaleno. El objetivo es fundir la arquitectura en el contexto natural donde se ubica, respetando la topografía y la vegetación existentes. La construcción minimiza la huella al levantar la estructura de hormigón por encima del terreno, reduciendo el impacto. Tres volúmenes paralelos albergan las viviendas —de entre 90 y 150 metros cuadrados— que se entretejen en direcciones opuestas para formar una retícula y generar espacios abiertos intermedios (jardines, terrazas y patios). El conjunto está coronado con un nivel superior que alberga espacios comunes al aire libre, como un bar, hamacas, una piscina y una parrilla. La integración del edificio con la naturaleza y las celosías reducen las temperaturas en el clima tropical de Tulum. La estructura de hormigón se combina con materiales y acabados locales, integrando la economía del lugar al proceso constructivo.