El proyecto de esta vivienda unifamiliar en la ciudad de Gante surge a raíz de un concurso privado entre tres despachos convocado por el particular, también arquitecto de profesión. El solar para el emplazamiento de la vivienda unifamiliar se localiza en el interior de una manzana, rodeado por edificios residenciales de baja densidad y con acceso a través de un estrecho sendero desde el lindero sur. La propuesta explota la condición de aislamiento e intimidad que caracteriza el lugar, creando un paisaje de densa vegetación en el perímetro y dispersando las estancias de la casa entre una red de jardines, láminas de agua y patios. Una retícula base de 90 centímetros modula la actuación en el solar. Distribuidas en cinco prismas de proporciones diferentes, las estancias se abren hacia el jardín a través de grandes vidrios espejados; en el exterior, este material crea reflejos del paisaje buscando la inserción de los volúmenes en su contexto. La dispersión de la vivienda permite también adaptarse al terreno con pequeños cambios de cota que ponen en relación las áreas exteriores con los surcos de agua que cruzan el jardín. La casa, como volumen reconocible, se diluye entre árboles frutales, canales y pequeñas plantaciones, creando de esta forma un paisaje doméstico para ser habitado.