En el profundo valle de Onsernone en Ticino, se ha rehabilitado un conjunto de construcciones tradicionales de piedra cuyo estado de conservación era deficiente, sobre todo el cuerpo principal que presentaba daños en todos los elementos estructurales de madera. Por tanto, tras consolidar los muros exteriores de mampostería, se llevó a cabo un proceso de vaciado total de los interiores.

Basado en el equilibrio entre la autenticidad y lo pintoresco, y apoyado en el conocimiento de los canteros locales, el proyecto transforma las preexistencias en dos viviendas: una para la época estival y otra para el invierno. La primera ocupa el edificio principal y cuenta con una gran sala a doble altura en la que las paredes se conservan en su estado original, dejando visibles las huellas del pasado. Una cubierta de chapa corrugada apoyada sobre una ligera estructura metálica protege de la intemperie la sala de verano, presidida por una chimenea flotante sostenida por perfiles de acero que se empotran en los muros. Mejor conservado, el anexo por su parte se convirtió en un espacio habitable preparado para hacer frente a los duros inviernos suizos. El volumen climatizado y energéticamente controlado acoge las funciones principales de la vivienda: cocina, estar, comedor, y dormitorios...[+][+]