Agazapada entre inmuebles residenciales del ajetreado oeste de Londres, esta casa unifamiliar se explica sólo desde la determinación de sus propietarios, que querían levantar su hogar en una parte de la ciudad donde los solares convencionales se agotaron hace ya muchos años. La parcela en la que se ha construido la vivienda, con forma de cabeza de caballo y rodeada por edificios de cierta altura, se alcanza a través de un antiguo pasaje para carruajes que se abre en paralelo a la casona adyacente, tras cruzar un portón a la calle abierto en su fachada victoriana. Sólo desde los caminos de entrada de las viviendas colindantes o enmarcados por los muros de éstas es posible observar algunos fragmentos de la fachada o la cubierta de casa.

La forma intrincada del solar genera a su vez un interior de forma irregular. De hecho, las zonas de estar de la vivienda se han situado precisamente haciendo uso de estas formas singulares, de manera que el hogar constituye una suerte de espacio sagrado como el que consiguen generar las iglesias barrocas talladas en la densa trama urbana, donde el espacio se expande tras abandonar la retícula de calles estrechas. Aquí, la sala de estar, situada en la planta superior compartiendo dimensiones con la cocina y el comedor, proporciona una estancia en la que refugiarse de la vorágine diaria de la ciudad. La planta inferior, por el contrario, se halla mucho más compartimentada, y aloja cuatro dormitorios iluminados a través de los patios liberados en los tres vértices de la parcela. La escalera, los servicios y las zonas de almacén se han situado en el centro de la planta o junto a los muros medianeros, donde la luz es más escasa.

Todos los paramentos están construidos con ladrillo, por dentro y por fuera. Tras la excavación, se dio forma a una losa de hormigón como cimentación, y sobre ella se levantaron los muros de carga de ladrillo. La utilización de este material en todos los planos hace prevalecer la calidad de envolvente de la superficie cerámica frente a su cualidad tectónica. A su vez, la disposición de los ladrillos entre las capas de mortero varía conforme la superficie se encoge, se pliega o se retuerce, haciéndola parecer elástica. El techo de la planta superior se ha realizado con hormigón, y adopta distintas alturas e inclinaciones para crear áreas particulares en el conjunto de la planta: un plano horizontal parece contraer el espacio en torno a la mesa del comedor, mientras una bóveda cubre el espacio en la sala de estar. Las carpinterías de madera con doble acristalamiento y la cubierta terminada con membrana de PVC y fibra de vidrio ayudan a conservar el calor... [+]