Situada a 200 kilómetros de Londres, Walsall aparece dominada por la arquitectura de ladrillo rojo asociada a las manufacturas del cuero que antaño hicieron famoso este rincón de Inglaterra. En el contexto deslavazado de su zona peatonal, la torre que ahora alberga la colección de arte de Garman Ryan quiere constituirse en foco de un ambicioso plan de regeneración urbana. Su envolvente cúbica de escamas de terracota verdosa encierra todo un ensamblaje de ámbitos individualizados de proporciones diversas. Tan sólo el formato cambiante de las ventanas —cuyos marcos sobresalen de la fachada como cuadros colgados— permite intuir desde fuera la complejidad de unos interiores que confían su definición espacial a las costillas prefabricadas de los techos y al revestimiento con listones de abeto de sus paramentos de hormigón...
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