Capilla cuáquera, Houston
Leslie Elkins 

Capilla cuáquera, Houston

Leslie Elkins 


Más allá de los tópicos difundidos por un par de películas, poco se sabe en Europa de los cuáqueros, un grupo religioso que emigró de Inglaterra a Estados Unidos a mediados del siglo XVII, y cuyo nombre deriva de las contorsiones y temblores con los que expresaban su fervor. Sin culto externo ni jerarquía religiosa, todavía se llaman a sí mismos «sociedad de amigos» y se reúnen en «encuentros» que, según su alcance, tienen frecuencia mensual, trimestral o anual. En la localidad tejana de Houston —lejos de la Nueva Inglaterra donde inicialmente se asentaron—, la congregación Live Oak Friends se venía reuniendo en un salón de baile que, presidido por una esfera de espejos, daba constancia de su función como local nocturno.

Ante semejante precariedad, se hizo necesario la construcción de una capilla capaz de albergar con dignidad a unos 75 fieles en un recinto sacro. Para financiar el proyecto, se quiso integrar en su diseño una obra artística de relieve que permitiera atraer a patrocinadores no pertenecientes a la sociedad de amigos; un recurso ya utilizado en la capilla octogonal que Mark Rothko pintó en el distrito de los museos de la misma ciudad.

Siguiendo las premisas cuáqueras de austeridad y simplicidad, el templo es un volumen arquetípico y elemental revestido de madera pintada de gris y rematado con una cubierta de chapa a dos aguas. Al interior, el espacio de culto es un ámbito único que prescinde de elementos iconográficos y donde los bancos se disponen siguiendo una simetría centrada. Ahí, los fieles se reúnen en silencio para atender a la «luz interior» que identifican con la presencia divina. Y es precisamente esta luz el tema de la instalación de James Turrell que preside el centro del templo. El artista norteamericano, que creció en una comunidad cuáquera, ha creado uno de sus skyspaces: un lucernario de aproximadamente un metro cuadrado que enmarca un trozo de firmamento sin mostrar el espesor de la cubierta. El espacio de culto se acerca así al cielo, apenas un plano abstracto que establece un diálogo cambiante con la iluminación constante y artificial del plano del techo. El juego de contrastes luminosos que se establece así alcanza su punto álgido al amanecer y al anochecer, cuando las condiciones exteriores cambian más deprisa. Al caer la noche, el hueco central se cierra con un techo deslizante e iluminado artificialmente con una luz azul que Turrell propone como instalación independiente de la anterior, pero que igualmente responde a la necesidad religiosa de hacer tangible la experiencia de la luz interior...[+]


Cliente Client
Live Oak Friends Meeting

Arquitecta Architect
Leslie Elkins

Colaboradores Collaborators
Lenja Gould, Ben Thorne (arquitectos architects); James Turrell (artista artist)

Consultores Consultants
James Austin (estructura structure);  Karen Rose (obra civil civil engineering); Day Brown Rice (instalaciones mechanical engineering)

Contratista Contractor
W.S. Bellows Contractors

Fotos Photos
Paul Hester