En una hacienda de 40 hectáreas en Nirgua, ciudad del estado venezolano de Yaracuy situada a 245 kilómetros de Caracas, están dispersas estas instalaciones destinadas a campamentos con actividades recreativas para niños. El proyecto, liderado por Ricardo Avella, contempla la construcción de dos nuevas cabañas y la adecuación del resto de las edificaciones existentes, para dotar de unidad al conjunto. Para ello, se utilizan materiales y acabados artesanales de la tradición arquitectónica del país.
Las cabañas están definidas por los contrafuertes de ladrillo que, integrados a la estructura metálica, establecen un orden y distribuyen el espacio interior, así como la disposición de las literas. El ladrillo de las paredes requiere un bajo mantenimiento y proporciona una masa térmica que mejora la capacidad de las construcciones para afrontar las bajas temperaturas de la montaña. Además, se incluyen frisos de cemento con óxido de hierro y pavimentos terminados con mosaicos hidráulicos.
El módulo constituido por los contrafuertes, la estructura, los antepechos de ladrillo y las ventanas de madera, crea también una unidad compositiva suficientemente flexible para permitir adaptar los edificios que se construirán en el futuro a las necesidades del momento y del programa.