En la primera planta de un edificio acristalado, en una calle principal de la zona comercial de Nagoya, se encuentra la tienda de la firma de moda sueca Acne Studios. El encargo por parte de la dirección creativa de la marca instaba, por un lado, a combinar el ADN de la marca con la identidad local, y por otro, a explorar la dualidad ‘high-tech vs. low-tech’ tan presente en la cultura japonesa. El proyecto propone en respuesta un juego de contrastes a diferentes niveles, en el que todas las decisiones estratégicas y elecciones de materiales persiguen un equilibrio sofisticado entre la rudeza y la delicadeza, el caos y el orden. La distribución se resuelve mediante tres paneles de acero inoxidable curvado de 8 milímetros de espesor que separan y articulan los usos: el espacio comercial junto al gran escaparate, los probadores y la trastienda. A pesar de su extrema delgadez, los paneles son autoportantes debido a su geometría curva. Estos descansan sobre una alfombra de grosor variable, de la que emergen unos podios que sirven tanto como asiento como superficie expositiva. Las columnas ignifugadas se mantienen intactas, al igual que los cables y accesorios de techo preexistentes. Sobre este fondo caótico y enmarañado se instalan las nuevas luces suspendidas dispuestas en una retícula ordenada...[+]