La tienda se ubica en la calle Saint-Honoré, en los bajos de un edificio en esquina, con la típica estructura de casa-taller de artesano con una planta baja de razonable altura y un altillo con una altura de 2,05 metros, donde vivía la familia. Ambas plantas se comunicaban por una escalera, pero no había conexión visual entre ellas.

El proyecto se resuelve mediante dos decisiones estratégicas fundamentales. Por un lado, se decidió demoler parte del forjado intermedio existente, formando de esta manera una brecha que recorre la tienda hasta desembocar en la escalera que comunica ambas niveles. Por otro lado, se buscó conseguir una continuidad material con la ciudad. La piedra de Saint-Maximin, extraída de una cantera cercana, es una constante en el paisaje parisino y con ella se han construido desde edificios de viviendas anónimos hasta los monumentos más representativos de la capital. La fachada de la tienda estaba también recubierta con esta piedra, que se extiende hacia el interior generando un ambiente monolítico; todo el espacio está construido con un solo material. Las grandes huecos de suelo a techo, revestidos simplemente un vidrio entre la piedra exterior y la interior, abren el espacio de la tienda a la calle y establecen un diálogo con ella...[+]