La nueva Ópera Winspear en Dallas redefine la esencia de lo que debe ser un edificio dedicado a la ópera en el siglo xxi, eliminando barreras históricas para atraer a un público mucho más amplio. En respuesta al cálido clima de Dallas, una generosa marquesina rodea el edificio, generando una plaza en sombra que se configura como un nuevo espacio público de la ciudad. Bajo la marquesina, un vestíbulo acristalado de dieciocho metros de altura establece una relación directa entre el exterior y el interior, que destaca por su intenso color rojo.

El diseño de la Ópera sigue el plan director desarrollado por Foster + Partners para el Distrito de las Artes de Dallas, que también incluye edificios de otros tres ganadores del premio Pritzker: Rem Koolhaas, I.M. Pei y Renzo Piano. Entre los espacios exteriores destaca la plaza Annette Strauss, con un escenario al aire libre para 5.000 espectadores, una cafetería con terraza y la entrada principal con acceso al aparcamiento subterráneo.

La Ópera Winspear consiste en una serie de espacios transparentes abiertos al público, que envuelven un auditorio de 2.200 butacas, forrado en rojo brillante. Su amplio horario de apertura, así como la cafetería y el restaurante, hacen que sea un destino atractivo incluso para quienes no acuden a los espectáculos. La transición entre la marquesina exterior y el interior del auditorio tiene su punto culminante en el vestíbulo, cuyo diseño en altura —desde donde ‘ver y ser vistos’— convierte a los asistentes en actores. Una gran escalinata rodea la sala y conecta todos los puntos del hall, proporcionando además un lugar desde donde el público puede apreciar el edificio.

El auditorio, con forma clásica de herradura y con varios niveles de palcos, garantiza la máxima cercanía entre los espectadores y el escenario, así como unas excelentes condiciones acústicas. El acabado de los palcos es una superficie irregular en oro pálido, mientras que su interior es de terciopelo en tonos tostados, materiales y acabados que mejoran la resonancia del sonido. Para intensificar la espectacularidad de las representaciones, en el comienzo de cada una de ellas una araña compuesta por cientos de barras transparentes, que conforman un cono de luz, asciende hasta el techo y se oculta en él.

En el área pública bajo la marquesina, salpicada por árboles autóctonos, se crea un microclima fresco que forma parte de las estrategias de climatización pasivas del edificio. El pavimento de este espacio refleja la retícula del umbráculo situado sobre él con un patrón ortogonal, que hace referencia a la geometría de la trama urbana de Dallas.