Estos dos grandes volúmenes documentan obras monumentales. The Complete Works de Herzog & de Meuron, a cargo de Gerhard Mack, publicó su quinto volumen, con las obras proyectadas entre 2002 y 2004, dos años después de aparecer el sexto (reseñado en Arquitectura Viva 206), a fin de poder incluir la Elbphilharmonie en Hamburgo, un proyecto iniciado en 2002 que no se completaría hasta casi dos décadas después, y que en el libro aparece acompañado por construcciones igualmente monumentales, el Estadio Nacional en Pekín o la ampliación de la Tate Modern en Londres. Twentyfive, por su parte, reúne las veinticinco obras que Stanislaus von Moos y Arthur Rüegg juzgan esenciales en la trayectoria de los arquitectos suizos, a lo largo de los cuarenta años que median entre el estudio Frei de 1981-1982 y la Serpentine Gallery de 2011-2012: no todas son desde luego monumentales, pero sí las tres incluidas del período cubierto por el quinto volumen de la obra completa, que son en efecto las mencionadas arriba.
La quinta entrega de Mack sigue escrupulosamente la estructura establecida para la serie, desde las cubiertas cromáticas inspiradas en Rémy Zaugg o los inquisitivos comentarios de Jacques Herzog sobre los proyectos más relevantes (14 en este caso, seleccionados entre los 60 que se documentan) y hasta la recopilación de textos de los socios o la cronología completa del trabajo de la oficina, introducido todo ello por un perceptivo artículo del compilador donde se subraya que los proyectos no realizados fueron más en esta etapa que en ninguna otra de las cubiertas en la obra completa: un tiempo iniciado bajo la sombra del 11-S que movió a reflexionar sobre la vulnerabilidad urbana, y cuyos proyectos tropezarían después con la crisis financiera y las vicisitudes políticas asociadas a las grandes apuestas emblemáticas, como por desgracia sucedería con la extraordinaria Ciudad del Flamenco en Jerez, cancelada en 2008 cuando ya se habían realizado las excavaciones previas en el emplazamiento. Sí pudieron llevarse a término, aunque no sin dificultades, obras tan colosales como el nuevo recinto de Messe Basel, el Nido de Pájaro construido para los Juegos Olímpicos de Pekín, la ampliación de su ya icónica Tate Modern o la no menos simbólica Elbphilharmonie, cuyo atribulado proceso fue al cabo responsable del retraso del volumen.
El libro de Von Moos y Rüegg, precedido por extensos artículos del historiador y del arquitecto, resume la prolífica obra de Herzog & de Meuron con una lista de edificios —cuidadosamente comentados por uno u otro de los autores— que no complacerá a todos, pero que es aproximadamente canónica. Muchos lamentarán la ausencia de esa joya exquisita que es la flagship store de Prada en Omotesando, y por mi parte deploro la exclusión de Ricola Marketing, una obra en cuyo proyecto se produjo una mutación que marca una significativa inflexión en la poética del estudio, y que el volumen quizá reconoce encabezando el primero de los ensayos —‘Focused Fuzziness’— con una fotografía del edificio realizada por Thomas Ruff y reproducida a página completa. Ese texto de Von Moos, por cierto, concluye asegurando que la búsqueda de lo sublime, «incluso al precio de una imagen global que puede irritantemente asemejarse a la difuminada situación inicial, es posiblemente la contribución de Herzog & de Meuron al arte de la construcción hoy». Sublime o difusa, la obra del estudio de Basilea tiene una densidad intelectual y poética que la hace merecedora de homenajes tan monumentales como los realizados por estos dos colosales volúmenes.