A la vista de este volumen lujosamente sobrio, uno tiene la sensación de que no le ha hecho a Felix Claus (Arhem, 1956) y Kees Kaan (Breda, 1961) todo el caso que debería. En el ruidoso panorama de la arquitectura holandesa de la última década, su obra cerámica y prismática, mayoritariamente residencial, entroncaba cabalmente con la tradición de su país. Tras un recorrido rápido por las páginas de esta monografía exhaustiva y primorosamente diseñada, salta a la vista que no todo han sido viviendas de ladrillo; en su pródiga trayectoria es sin duda lo más abundante, pero también hay transparencia vítrea, frialdad metálica e incluso plasticidad de hormigón, a través de las que se expresa igualmente ese talante pragmático que los caracteriza, y que tan bien reflejan las secciones y plantas de sus edificios. Finalmente, para redondear los extremos de este sólido proyecto profesional y editorial, autores de excepción: un cariñoso prólogo de Rafael Moneo, un revelador artículo de Hans Ibelings y un interesante epílogo tripartito a cargo de David Chipperfield, Andrea Deplazes y Christoph Grafe arropan el casi medio centenar de obras y proyectos con los que Claus y Kaan reclaman un poco más de atención.
