La serie de Electa que lleva por título ‘Documentos de arquitectura’ incrementa su exigua nómina de autores españoles —Navarro Baldeweg, Calatrava y Miralles— con un volumen dedicado a Alberto Campo Baeza. Como no podía ser de otro modo, la imagen elegida para la portada es el patio de la casa Gaspar en Zahora. La mayoría de las abundantes monografías que glosan la obra escasa e intensa de Campo Baeza exhiben el patio gaditano en la cubierta, porque tal vez sea ese blanco reducto esencial el mejor resumen de una trayectoria que, como señala Antonio Pizza en el ensayo introductorio, está empeñada en la búsqueda de la Belleza. Y esa persecución obstinada se materializa en un proceso de abstracción progresiva.
Gráficamente sobrio y minucioso, este volumen incluye realizaciones recientes como el Centro Balear de Innovación Tecnológica en Inca, un hortus conclusus en el paisaje anónimo de un polígono industrial, y dos proyectos ahora en construcción: la plaza de la catedral de Almería, una ‘nave’ al aire libre de esbeltas palmeras sobre una alfombra de mármol de Macael, y la sede central de la Caja General de Ahorros de Granada, un cubo monumental que reduce la arquitectura a luz y gravedad.