Hace ya veinte años que Ignacio Vicens y José Antonio Ramos trabajan en mesas contiguas para dar forma a una arquitectura compartida. Desde entonces, su obra se identifica con viviendas unifamiliares máximas situadas en lujosas urbanizaciones, rotundos y escultóricos edificios institucionales de hormigón y meditadas iglesias que siguen la mejor tradición de la sacra vanguardia. Quien se acerque a esta monografía hallará además datos y rastros de una historia personal, académica y arquitectónica que sirve para entender mejor al personaje, es decir, a Nacho Vicens. La entrevista que precede a la publicación de las obras, los proyectos, las fotografías, los artículos y la larga lista de opiniones de reconocidos arquitectos y personalidades del mundo de la cultura permiten recomponer el retrato de un académico implicado y preocupado por la docencia, que defiende la cultura humanística como único sustrato posible para la arquitectura. Un alumno de tercer curso de Derecho que descubrió su vocación colaborando en una noche de entrega, discípulo de Javier Carvajal y amigo de Alberto Campo Baeza, que se doctoró con una tesis sobre arquitectura efímera barroca, lo que le llevaría a diseñar los escenarios para las dos visitas del papa Juan Pablo II a España y para la reciente boda del príncipe Felipe con Doña Letizia.