Las ventanas correderas Panoramah! 38 —empleadas en la casa del infinito, construida en Cádiz por Alberto Campo Baeza— maximizan las vistas al paisaje al reducir los límites entre el interior y el exterior con delgados perfiles de aluminio. Estas ventanas panorámicas, compuestas por un marco y hojas deslizantes, incluyen un sistema de guillotina que, mediante un mecanismo de contrapeso o motorización, permite la apertura de los paños de vidrio. El doble acristalamiento proporciona un excelente aislamiento acústico y térmico. Con gran flexibilidad de composiciones y posibilidad de alojar mosquiteras, persianas, cortinas, contraventanas y celosías, se consiguen grandes superficies acristaladas —de hasta 19 metros cuadrados— con sencillos y pequeños montantes horizontales y poliamidas estructurales. Panoramah!
Fotógrafo: Javier Callejas