Una utopía cerámica

El ladrillo repensado

Marta García Carbonero 
30/06/2003


En la conocida foto del estudio de la calle Villanueva número 5, una llana y una sección de ladrillo hueco descansan como pisapapeles sobre la mesa de trabajo. Estos dos objetos sacados de contexto resumen de forma sucinta el papel de la fábrica cerámica en la etapa inicial de la andadura profesional de Miguel Fisac, la que va desde el rigor clasicista de la iglesia madrileña del Espíritu Santo hasta el desenfado orgánico del Teologado de los Padres Dominicos de Alcobendas. El aislamiento tras la Guerra Civil dificulta el suministro de materiales técnicamente elaborados y España se reconstruye con el material que da la tierra, ladrillo a ladrillo. La falta de acero y otros productos industrializados restringe el repertorio matérico pero favorece la existencia de una mano de obra curtida en la tradición y capaz de suplir esta carencia con soluciones artesanales a medida, como la bóveda tabicada de triple hoja de rasilla que cubre la mencionada capilla en la Colina de los Chopos y el ladrillo macizo de poco espesor encargado para el vecino Instituto Nacional de Óptica... [+]


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