Más griego que romano, Miguel Fisac desecha la bóveda en favor del dintel. En una España que durante los años 1960 se sube tímidamente al tren del desarrollo, las grandes luces de las naves que la industria y la investigación demandan son el acicate para experimentar con estructuras lineales de hormigón, el material que a partir de ese momento es en sus obras el protagonista absoluto tanto de la cubierta como del cerramiento. Desnudados de mármol tras un arduo proceso de negociación con el cliente, los sobrios paramentos de los laboratorios Made son el soporte de las ménsulas con las que inicia la búsqueda de un elemento portante que resuelva con su forma el cerramiento de cubierta y las exigencias lumínicas, de ventilación y de evacuación del agua... [+]