Una nueva generación
Siete equipos jóvenes de Cataluña
La idea de ‘generación’ implica tantas trampas y tiene por fuerza que ser tan injusta que muchas veces cae en el descrédito. Pero no deja de ser útil, como demuestra su pertinaz empleo a la hora de clasificar grupos de literatos, artistas o arquitectos. En ocasiones, el vocablo no sólo resulta útil sino justificado, y entonces la generación acaba impregnando el imaginario de la disciplina. ¿Puede hablarse de una nueva generación en la arquitectura de Cataluña? La respuesta está condicionada por el escenario que se planteaba en esta revista hace algunos números (Arquitectura Viva 187) al dar cuenta de los autores de entre cuarenta y cincuenta años agrupados bajo una denominación abierta y algo polémica, la ‘Generación de la crisis’: la de aquellos que habían tenido que afrontar los años de plomo en el momento en que se suponía que su carrera iba a ‘despegar’. Por edad y por talante, la nómina de los ‘nuevos’ arquitectos catalanes aquí seleccionados se solapa con la de los presentados en aquel número, y puede decirse que tanto unos como otros comparten el hecho de haberse tenido que reinventar centrándose en lo que antes eran destrezas tan sólo subalternas, dando cuenta de escalas muy pequeñas, gestionando la voluntad colectiva a través de procesos participativos o desarrollando tácticas para contextos precarios. Con todo, hay un rasgo que define específicamente la joven generación catalana: la vocación de trabajar con preexistencias y el énfasis en volver a los mecanismos tradicionales de la disciplina a través del dibujo y la construcción, traduciendo este empeño en una estética basada en los materiales donde la aparente sencillez povera y la preocupación medioambiental se alían con un casi inconfesable talento formal. En esto, la nueva generación desmiente en parte la de los maestros de generaciones anteriores, confiados en los poderes taumatúrgicos del diseny.
Está por verse si este grupo de arquitectos se confirma como una verdadera ‘generación’. El tiempo lo dirá. Mientras tanto, presentamos aquí una nómina de siete obras que insiste en los rasgos que otros tantos estudios catalanes comparten. El lector puede juzgar.