Josep Lluís Mateo concluye el edificio del Centro Internacional de Fotografía que acogerá en Lluchmayor el legado del fotógrafo mallorquín Toni Catany, que falleció sin que se materializara uno de sus mayores anhelos: ver convertida su casa natal en un centro de fotografía en el que poder conservar y mostrar su extensa obra: 90.000 negativos y unas 4.000 copias en papel. Un proyecto que ahora, ocho años después de su muerte, es casi una realidad. Al menos el Centro Internacional de Fotografía Toni Catany ya cuenta con un flamante edificio en el casco antiguo de este bello pueblo del interior de la isla; que conserva enormes casonas fruto de la riqueza generada por el cultivo del cereal y la ganadería desde el siglo XVI.
En dos de ellas, en la casa natal de Catany, situada en la calle que lleva el nombre del fotógrafo desde 2020 y que antiguamente se llamó del Purgatori y en una casa de al lado (situada en la calle Convent), el arquitecto Josep Lluís Mateo (Barcelona, 1949) ha creado un edificio moderno y funcional en el que mostrar las obras de Catany, gran fotógrafo de la belleza clásica y de lo mediterráneo a través de sus paisajes, sus cuerpos desnudos, sus naturalezas muertas y sus retratos con los que creó un universo único al que dotó de un aire sensual, intimista, misterioso y anacrónico. Sus fotografías y otras 300 copias que Catany coleccionó de fotógrafos contemporáneos harán de Llucmajor y Mallorca un lugar de referencia en la divulgación del octavo arte...
El País: Una casa romana para Toni Catany