Un cómic recupera la figura de Eileen Gray. Arquitecta y diseñadora que le dijo no a Le Corbusier. No, a que dibujase en sus paredes.
Mitos que a lo largo del tiempo se van resolviendo, como el de la casa E-1027. Una pequeña villa construida entre 1926 y 1929 en Roquebrune-Cap-Martin, Francia. La obra se posa sobre la topografía adaptándose a los contornos del terreno. Pertenece a una construcción del movimiento moderno donde se empleó muchos de los principios fundamentales que Le Corbusier enunció allá en 1927. La casa fue diseñada por Eileen Gray (1878-1976) como un espacio sencillo en donde todo fuera eficaz, pero podría haber pasado por una de las que realizó el arquitecto franco-suizo.
Gray la diseñó hasta el último de los detalles dando a todo una conformidad como no se había hecho antes, tan solo con una formación autodidacta. Incluso Le Corbusier, amigo de la pareja de Gray, el también arquitecto Jean Badovici, con quien realizó Gray la casa, pasaba a menudo por la construcción intentando convencer a Gray para hacer alguno de sus dibujos murales, a pesar de que ella se resistiese continuamente a sus propuestas. De hecho, Le Corbusier gran amigo de Badovici estaba obsesionado con la E-1027. Al finalizar la relación entre Gray y Badovici en 1932, el arquitecto rumano se quedó con la casa. Contra toda voluntad de Gray, Le Corbusier pintó murales dentro de la casa, con la venia de Badovici. Asimismo, el arquitecto franco-suizo incluso intentó comprar la casa, pero falló, por lo que optó por comprar una propiedad cercana donde construyó una pequeña cabaña: la Cabanon de vacances...