Izda: Cobertizo del club de remo Djurgárdsbrunnsviken, Estocolmo. Dcha: Capilla de la Resurrección, Enskede.

La historia no ha sido justa con Sigurd Lewerentz. Nunca ha encajado en las categorías excesivamente simplificadas que historiadores y críticos han usado para trazar el desarrollo de la arquitectura moderna, e incluso los revisionismos recientes han tenido dificultades para colocar su obra.

Durante mucho tiempo Lewerentz fue relegado a la posición de ‘perdedor’ por detrás de Asplund, con quien diseñó el cementerio de Enskede durante 20 años, desde que en 1915 ganaran juntos el concurso. Lewerentz hizo algunas de las principales aportaciones de la idea paisajística, en especial la noción de un camposanto con rasgos de necrópolis antigua.

Sus otros proyectos en solitario (como el Cementerio del Este en Malmó, 1922) revelan un control preciso de las vistas, el movimiento, el paisaje y las referencias clásicas, mientras que sus intenciones para la Capilla de la Resurrección en Enskede —con ese austero pórtico que funde la abstracción moderna con un sentido de la forma básicamente clásico— proporcionaron buena parte de la inspiración del posterior Crematorio de Asplund...[+]